jueves, 15 de septiembre de 2011

Corazón roto, parte 2.

''Hola, soy Vanessa y estoy perdidamente enamorada del prometido de mi mejor amiga'' 

Eso diría si existiera algo como ''Enamorados Anónimos''. Nunca pénsé que esto me pasaría, pero la vida es tan impredecible. Hoy estas viviendo el sueño de tu vida y mañana eres dueño de nada. Al menos me siento orgullosa de poder sobrellevar esta situación, ya que soy la mejor amiga, la madrina y la organizadora de la boda del hombre mas perfecto que he conocido en mi vida y del cuál amo perdidamente. 

Los años se van volando. Hace solo 5 años, estaba en la universidad y en una de esas fiestas locas donde abundaba el alcohol, besé a Eduardo quien era mi compañero de estudios. Creo que él no se recuerda de aquello pero yo lo recuerdo como si hubiera sido hace poco de 3 días: Las luces de color verde, rojo y amarillo inundaban el club lleno de estudiantes universitarios mientras ese hit increible de Justin Timberlake que ahora está fuera de moda nos daba un toque juvenil y actualizado de lo que era la noche. Eduardo estaba pasado de tragos, le dije que por favor me dejara llevarlo a su casa antes que empeorara y en medio de mi pequeño discurso sobre mi responsabilidad como nueva conductora designada, me dijo ''bailemos, por favor...'', y lo admito, no me pude resistir a esos ojos hermosos y en lo que sus pasos alcoholizados me hacian mariar, entró una música romantica que dañó la hiperactividad de los bailarines. Me apretó fuerte contra su pecho y sus grandes brazos me hicieron sentir la cercanía de ese momento mientras yo, como una tonta, empecé a hiperventilar. ''Eres una muy buena amiga, siempre cuidas de mí'' dijo. Lo que él no sabia era que para ese entonces ya estaba enamorada de él. Seguido de esas palabras, me besó. Ese beso lo estuve esperando desde hacía 8 meses y fué hasta mejor de lo que imaginé. Mi cuerpo se estremeció de tal manera que mi estómago empezó a sentir un aleteo. Esa noche fué de las mejores. Al dia siguiente, mientras caminaba en una nube, mi telefono sonó y solo oí su voz que decía ''Vanessa, estoy muy mal... ¿Qué pasó anoche? No recuerdo nada''. Nunca me atreví a contarle sobre el beso por temor a que algo malo pasara o que me rechazara porque era su amiga.

Sí, 5 años pasan volando. Hace 4 años nos graduamos, cada quien hizo su vida. Seguiamos frecuentandonos casi mensualmente. Al año siguiente en una pequeña reunión de ex alumnos le presenté a mi mejor amiga Emma y ambos quedaron encantados. Como no?, si  Eduardo es un hombre inteligente, cariñoso, divertido, hermoso y buen amigo. Me impresionó cuando Emma me dijo que Eduardo la invitó a salir pero no quise decir nada. Me importa mucho la felicidad de mi mejor amiga aunque estuviera enamorada de él. Empezaron un romance, luego una relación de la cual hacía todo lo posible por no estar celosa, aunque era en vano. La real sorpresa me la llevé cuando ambos me anunciaron que se habían comprometido de una manera de ensueño y que me pedían que fuera su madrina de bodas. Ese momento en el que quieres que unos ovnis te rapten y aunque hagan experimientos contigo, que no te devuelvan a la tierra... Eso me sucedió. 

Yo, como la perfecta masoquista que soy, accedí a ser la madrina oficial de la boda y a ayudar a Emma a planear todo. Durante 3 meses, mi vida fué un total infierno! Odié hasta ir a la floristería a buscar el bouquet para Emma. Pero el peor momento fué cuando Emma salió de viaje por cuestiones de trabajo y me tocó ir a recoger los anillos de boda junto con Eduardo. La señora que nos atendió dijo que haciamos linda pareja, que los anillos nos encajarán perfectamente. No veo diferencia de esto y el infierno. 

Hoy es el gran día y me quedo aquí como una infelíz más, con el corazón roto, dandome cuenta de que él nunca será el indicado para mí. Mientras sus vidas se vuelven una, la mía se torna gris. No ha habido ninguno que me haga sentir el mismo aleteo en el estómago como lo sentí con ese sencillo beso que una vez mis labios experimentaron. Me arrepiento no haberle dicho nada aquel dia, talves la historia fuera diferente y sería yo quien estuviera caminando hacia el altar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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