jueves, 15 de septiembre de 2011

Corazón roto

Ella estaba felíz. Le hechó un vistazo a su pastel de bodas, su madre le ayudo a ponerle el velo mientras su padre estaba esperando para caminar junto a ella hacia el altar y entregarla a la nueva vida que tendría.

La iglesia se veía hermosa, la musica de fondo hizo su trabajo: darle al ambiente la hermosa melodía que hacia ese momento el mas perfecto de su vida. Al oír la música que empezaba desde el principio otra vez, se apresuró para salir porque ésta era su señal. Al entrar al gran pasillo, su estómago sentía el mejor cosquilleo que habia experimentado hasta ese día.

...Y ahí estaba él, tan hermoso como siempre con su traje de etiqueta y una sonrisa que delataba los nervios que invadían su cuerpo a flor de piel; el miedo hablaba por sus ojos. En su subconciente, sabia que él estaría así porque ella le insistió en que se casaran.

Al caminar hacia el altar,  no podía dejar de sonreír, si lo hacia traicionaría a las emociones del momento. Solo pensaba en como seria su vida después de este día: la luna de miel en Paris y al regresar, su trabajo como gerente regional en una de las empresas de moda mas influente de su país, la esperaba. Sus compañeras de trabajo estaban sentadas entre los invitados y veían su bellísimo vestido blanco de diseñador y se preguntaban porque no eran ellas las que estaban en su lugar.

Sí, aquello era de ensueño, era su vida en el mejor momento, hasta que estando frente al sacerdote, él la miró a los ojos y solo dijo "Lo siento, no puedo hacerlo" y empezó a caminar. Mientras todos se asombraban y susurraban, ella vió sus sueños irse junto al único hombre que amó en su vida.

La luna de miel, la nueva casa, los aniversarios, las peleas, los besos por la mañana, el cuerpo de su esposo en la cama junto a ella, los niños y una vida llena de amor se esfumaban dejando solo un corazón roto.

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