viernes, 10 de diciembre de 2010

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Me gusta ver el cielo todos los días y ver el sol atravesando las nubes hasta llegar a mi piel, ver tambien lo infinto que és. Nunca encuentro su fin. El cielo rige mi estado de ánimo el 70% de las veces. Pueden creer que es tonto el tan solo hecho de decirlo, pero no tengo más remedio porque así soy. 

Los días en que me levanto y veo el cielo tan azul me derrito y sobresale mi mejor sonrisa, la que viene desde el corazón. A menos que pase algo relevante que me ponga de mal humor. Cuando vean el cielo tengan presente de que puedo estar muy felíz. Ese bellisimo cielo azul ha puesto en duda si en verdad el rosado es mi color favorito. 

Los días grises siempre han sido mis dias favoritos. Pensarán que es raro que una persona tan activa como yo le guste un día tan triste. En realidad los días grises, aparte de que no está el fastidioso sol, me ponen tranquila, serena y muy profunda. Puede ser que un día así me inspire tanto y escriba un post demasiado bueno. 

Contemplar el cielo es una de las cosas que me hace feliz y aparte de que es gratis, está todos los días para mi en el mismo sitio, lo único que tengo que hacer es alzar mi cabeza. Aveces, mientras miro el cielo me pregunto quién estará contemplándolo al igual que yo,si es feliz viendo el azul infinito, como sería esa persona y me doy cuenta que nadie está realmente lejos porque aunque no lo crean, tenemos el mismo techo. Si en verdad miramos el cielo con detenimiento, encontraremos muchas respuestas que no habían sido encontradas y nos pondremos en contacto son el ser que habita en nuestro interior. 

Si alguna vez te sientes perdido mira el cielo y te darás cuenta de que al igual que tu, en ese momento alguien estará mirandolo y no te sentirás solo. Amemos la infinidad que nos ofrece. 

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